Historia

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Inicios

El juego de quinielas se difundió entre la población de nuestro país a comienzos del siglo pasado y al promediar su tercer década, su práctica se había consolidado en tal forma que numerosas personas participaban en él e importantes cantidades de dinero se apostaban de continuo, aunque no existía un marco jurídico que regulara las obligaciones y los derechos de los participantes, ni por ende, la posibilidad de que el Estado controlara tales actividades ni obtuviera prestación alguna derivada de sus resultados.

Tales hechos motivaron que el Poder Legislativo otorgara en la ley del 18 de setiembre de 1933, a favor de la Administración de Salud Pública la explotación "de toda clase de apuesta que se relacione con el juego de lotería, pudiendo realizarla en la forma que considere más conveniente". En sucesivos Decretos, el Poder Ejecutivo ordenó el sistema en forma que se cometió a Agentes la recepción y la responsabilidad del juego, aunque la Administración originariamente se hacía responsable subsidiariamente por las apuestas (Dec. del 2/12/1938, Art. 5º).

Designados los primeros Agentes Oficiales de Quinielas, comenzaron a apreciarse los distintos problemas derivados del desarrollo de la actividad, que eran difíciles de resolver sin un orden interno que estableciera una cooperación entre los Agentes en lugar de una oposición de intereses de muy distinta naturaleza.

Asociación de Agentes

De allí que surgiera rápidamente el convencimiento entre los Agentes de que era necesario coordinar esfuerzos para el mejor cumplimiento de sus fines, concretándose la fundación de la Asociación de Agentes de Quinielas el 14 de julio de 1939, entidad cuya finalidad era precisamente, aunar y coordinar los esfuerzos de sus integrantes acogiendo sus iniciativas y proyectos que defendieran todos los intereses en juego.

Debido a las dificultades inherentes al desarrollo de la nueva actividad, de la que no existían experiencias previas donde inspirarse, y al desafío intenso y permanente que ofrecía por ese entonces la competencia de la actividad ilegal, comenzó a gestarse la idea de creación de una cooperativa o concentración de juego, como se le llamó originalmente a la Banca, con el objetivo de racionalizar y mejorar la explotación.

Había, respecto a la concreción de esta idea, un componente importante de escepticismo e incertidumbre, pues era necesario llevar a cabo una ardua lucha por despersonalizar la actividad de los Sres. Agentes, que hasta ese momento eran administradores totales de su negocio y bancaban su juego individualmente.